Danzar la Vida es una técnica de crecimiento personal basada en el movimiento y la música que surge de la decantación de aprendizajes en diversas técnicas y disciplinas de crecimiento personal, en particular, después de años de aprendizaje, práctica y enseñanza de Biodanza.
Danzar la Vida busca, en primer lugar, que mejore nuestro autoconocimiento y nuestra relación con nosotros mismos, de modo que estemos más en paz con nosotros y con nuestra historia, para poder vivir nuestra vida más centrados en nuestro presente, con conciencia de nuestras necesidades y conectados con nuestro cuerpo.
En segundo lugar, Danzar la Vida busca que mejore nuestra relación con los demás, que empieza por el punto anterior, por saber mejor quiénes somos, dónde estamos, qué necesitamos y qué esperamos de los otros, para, a partir de ahí, relacionarnos con los otros haciéndonos responsables de nuestras sensaciones y pensamientos y siendo capaces de expresar nuestros deseos y emociones, a la vez que somos capaces de ponernos en el lugar de los otros para relacionarnos desde el corazón. Para abrirnos al otro, para estar presentes de verdad para el otro, para darles espacio, para ajustarnos y aceptar al otro y también para poner límites, si es necesario.
En tercer lugar, Danzar la Vida busca que recordemos que somos algo más. Se trata de recordar que somos parte de un todo, en distintas formas de expresarlo, somos un milagro de la naturaleza, seres sagrados que merecen ser tratados como seres sagrados o benditos hijos de Dios, parte de la Vida, con mayúsculas. Mucho más que individuos encerrados en los límites de nuestra piel.